El pasado viernes día 17, en el marco incomparable del Palau de la Música,  prácticamente lleno, Salvador Sobral ofreció su recital. En el concierto repasó, principalmente, su último trabajo París-Lisboa. Acompañado de unos extraordinarios músicos, nos deleitó con su arte creado a través de una combinación de diferentes estilos desde el Jazz de Billy Holliday , Chet Baker o Chick Corea, pasando con toques de Bossa nova de Caetano Veloso así como esa frescura de la música mediterránea y la elegancia y refinamiento de la Chanson francesa.

Se puede adivinar la influencia musical de su admirado Jorge Drexler, del que comparte su primera experiencia en el Palau actuando de espontáneo en el concierto del cantautor uruguayo.

El recital de una extraordinaria calidad, gracias a su excepcional voz, al acompañamiento musical y los solos realizados por los tres componentes de la banda (piano, contrabajo y batería) se vio complementado con la conexión del músico portugués con el público asistente, con sus constantes guiños a su estancia en Barcelona y a sus estudios en el Taller de Músics del Raval. Todo ello se puso de manifiesto cuando interpretó “Amar pelos dois” que le popularizó gracias a su victoria en el festival de Eurovisión y que fue cantada al unísono por el público asistente, al igual que cuando interpretó en solitario, tocando el piano de Paraules d’amor, de Joan Manuel Serrat.

Fue un concierto sin excusas ni filtros donde cada canción deambulaba de la fuerza de su voz al susurro y la conexión directa con cada uno de los asistentes que se transformó en una experiencia inolvidable y recomendable a los amantes de la música en esencia.

by Alejandro García